Los pies embarrados de tanto caminar por este bosque inmenso, la ropa descociéndose de a poco. Sigo perdido en esta inmensidad sin rumbo, sin destino. Es otro capítulo más en mi bitácora y todavía no pude encontrarte.
¿Existirás?, ¿Te encontraré algún día?, son algunas de las preguntas que me hago a diario.
Esta soledad me está afectando los sentidos, muchas veces creo haberte encontrado y después me termino dando cuenta de que eras un espejismo. Quizás sea la necesidad de encontrarte, que te busco en otros cuerpos, hasta que me doy cuenta de que no eras y sigo mi camino.
“La esperanza es lo último que se pierde” dicen por ahí. Yo todavía no la perdí, espero poder encontrarte antes de que la pierda y ya no haya medicina para este dolor que hoy me tortura.
Noches lluviosas como la de hoy son las que más fuerzas me dan para seguir en esta lucha en busca de tu luz, de ese resplandor que me indique que por fin todo ha terminado y eso que tanto he deseado finalmente se cumplió.
Pero todavía falta mucho recorrido, así que mientras me voy a quedar descansando un rato bajo este viejo árbol que tanto sabe sobre tristezas y soledad.
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