lunes, 25 de octubre de 2010

Reina en Jaque



En un piso de baldosas de colores yace la figura esbelta y radiante de una dama con corona, protectora y atacante, fóbica pero dispuesta a enfrentar.

Cansada de esquivar peones que no le mueven ni el más mínimo de los pelos de su cabellera y cuidadosa de no dejarse acorralar más por alfiles que sólo buscar irrumpir en su camino para dejarla desprotegida. Lo que no la mata la fortalece y siempre sabe como zafar de las garras de todo ese ejercito oscuro.

Siempre tiene los ojos puestos en su objetivo, ese que la lleve a encontrar el camino correcto que le saque triunfadora.

Protectora por naturaleza, poniéndose en riesgo ella por proteger lo suyo, una reina de las que cualquier rey estaría orgulloso, un corazón frio de sangre caliente, que cuando se destapa muestra eso que todos desconocen de ella y es lo que la hace única.
Tan sólo su presencia te deja en jaque, pero ella ataca con sus tiempos y cuando está totalmente segura de que sea el momento correcto. Aprendió a controlarse y a no dejar que nadie la apure con movimientos erróneos.

Y puedo asegurar que es un placer poder verla moverse, ojalá algún día yo pueda ser ese afortunado rey al que ella tanto acompaña y protege.


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sábado, 16 de octubre de 2010

Mi Sexto Sentido




Me acomodo en la silla, cruzo las piernas y mientras degusto un whisky me pregunto:
¿Cómo serás?, ¿Quién serás? Y ¿Cuándo llegarás?.
Son preguntas lógicas, con muchas respuestas erróneas.
¿Quién será esa persona destinada a soportar a este desquiciado con toque bohemio en sus expresiones, en disponibilidad de volver a expresar lo que esconde tras su duelo temporario?.
Es una pregunta larga, decorada, tan sólo para decir que creo haber pasado el tiempo suficiente en mi soledad, preparándome para la vuelta.
Estoy dispuesto a intentar, a probar, a saborear pieles de fresas, a volver a respirar esos aromas que son la droga que cualquier hombre quisiera ser adicto.
Mis ojos te quieren observar, mis oídos están dispuestos a comprenderte, mi boca a besarte y a hablarte suavemente al oído cuando más lo gustes, mi olfato a sentir tu perfume hasta cuando no te tengo conmigo y mi tacto a rozar tu hermosura y la suavidad que te caracterice como la ideal, la dama con la que todavía no pude tropezar, pero si la que puedo sentir acercarse a paso lento, pero agigantado a la vez.
El sexto sentido que me caracteriza es el que ya te encontró, falta que te muestres con los demás.