miércoles, 8 de septiembre de 2010

Frialdad


La rareza por la que suceden las cosas son pura coincidencia.
O tal vez es la realidad que se está mostrando en su espontaneidad.
Te busco y no te encuentro, y apareces cuando dejo de buscarte,

así se dan siempre las cosas.
El pasar del tiempo te va dando una habilidad especial, que es la de ver la vida más allá de lo que ven los ojos y poder tomar todo con más tranquilidad, sin apuros y sin tomar decisiones erróneas. Aprender a equivocarse y aprender a reconocer los errores propios.
Elegir con quien estar, elegir el lugar al que quieres llegar, saber cuando ponerle un freno a todo y cuando volver a arrancar.
Yo hoy puedo ver en mis ojos esa posibilidad de volver a arrancar, pero como dije anteriormente, con la frialdad de saber que ya estoy más grande o “maduro” (por así decirlo) y poder ir de a poco, sin forzar nada, sin desesperarme, dejando que las cosas se vayan dando solas, porque así es como se dieron hasta ahora, estando cuando había estar, dando el paso al costado cuando había que darlo, y ahora es hora de mirar al frente, pero sin correr, caminando porque el camino está y nadie me obliga a apurarme.



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martes, 7 de septiembre de 2010

Sentirte

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Caigo al piso y me sigo levantando siempre con la ayuda de la misma mano.
Esa mano que ya sus huellas están marcadas en las mías.
Que de tan sólo hacer contacto entre ellas, me recarga las energías, me llena por completo y me devuelve la sonrisa a la cara.
Provocas más de lo que puedo esperar.
Me quedo deslumbrado al verte sonreir, al verte caminar a mi lado.
Me pierdo en tu boca y en tu aroma.
No sé si somos, tampoco si seremos.
Pero yo vuelvo a ser con tan sólo sentir tu piel.
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