domingo, 6 de junio de 2010

Peregrinos

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Fuimos peregrinos de una noche de callejones, excesos, caminatas por el cementerio, corridas, caravanas de perdición y heridas de alegría.
Adorar la grandeza de un ser extraño, distinto a los demás, con una energía capaz de controlar con su mirada la atención de miles de personas conscientes de la maestría de ese ser
(Porque ellos están ahí por él).
Dedos capaces de rajar la tierra con un agudo apuntando al suelo, invocando al diablo, con la energía de los dioses, de esos seres legendarios del más allá.
Nada tiene que envidiarle este dios al anterior, a ese de tez negra, que supo hacer estragos por la década del ’60 y del ’70.
Aunque este sea consciente de que como ese dios nunca va a haber 2.
El arriba y esa rara especie allí abajo, siguiendo las órdenes de su líder, bailando danzas chamanes, chocando entre sí provocando pequeños sismos de recuerdos de una vieja época que marco a una generación y que está resurgiendo de las cenizas, y haciendo que se vuelva a oír esa voz que se partió en dos mitades creando un mito.

Apagando un fuego que quedará prendido dentro de todos mientras esas dos mitades sigan rugiendo a su manera.

Llámenla misa, kermesse… Los peregrinos con sus estandartes van a seguir a su dios donde sea que aparezca.

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