sábado, 16 de octubre de 2010

Mi Sexto Sentido




Me acomodo en la silla, cruzo las piernas y mientras degusto un whisky me pregunto:
¿Cómo serás?, ¿Quién serás? Y ¿Cuándo llegarás?.
Son preguntas lógicas, con muchas respuestas erróneas.
¿Quién será esa persona destinada a soportar a este desquiciado con toque bohemio en sus expresiones, en disponibilidad de volver a expresar lo que esconde tras su duelo temporario?.
Es una pregunta larga, decorada, tan sólo para decir que creo haber pasado el tiempo suficiente en mi soledad, preparándome para la vuelta.
Estoy dispuesto a intentar, a probar, a saborear pieles de fresas, a volver a respirar esos aromas que son la droga que cualquier hombre quisiera ser adicto.
Mis ojos te quieren observar, mis oídos están dispuestos a comprenderte, mi boca a besarte y a hablarte suavemente al oído cuando más lo gustes, mi olfato a sentir tu perfume hasta cuando no te tengo conmigo y mi tacto a rozar tu hermosura y la suavidad que te caracterice como la ideal, la dama con la que todavía no pude tropezar, pero si la que puedo sentir acercarse a paso lento, pero agigantado a la vez.
El sexto sentido que me caracteriza es el que ya te encontró, falta que te muestres con los demás.


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